La Superintendence of Higher Education (SES) dio a conocer hoy a la comunidad académica los principales hallazgos del estudio “Salud Financiera de la Educación Superior en Chile. Estudio exploratorio 2012-2022”, en una jornada que estuvo encabezada por el superintendente José Miguel Salazar y el Subsecretario de Educación Superior, Víctor Orellana, junto numerosos rectores y representantes de las principales casas de estudios del país.
La presentación, que tuvo lugar en el auditorio de la Contraloría General de la República, reveló que el sistema de educación superior en Chile presenta un nivel de riesgo financiero bajo, situación que se ha visto reforzada en la última década, producto de una importante caída en el número de estudiantes matriculados en instituciones que presentan algún perfil de riesgo financiero, definidos fundamentalmente por las decisiones de endeudamiento de cada plantel.
De acuerdo con las cifras entregadas por la Superintendencia de Educación Superior, el número de estudiantes que pertenecían a instituciones clasificadas en algún nivel de riesgo financiero en 2012 era de 180.342, cifra que se redujo a 146.309 en 2016, producto del ingreso de la Gratuidad; mientras que actualmente este indicador bajó a menos de un tercio, con un total de 59.605 estudiantes. Esta cifra, además, representa sólo un 4,4% de la matrícula nacional actual del sistema de educación superior del país.
Al desglosar por tipo de instituciones, el estudio establece que 9 de las 58 universidades analizadas se encuentran en perfiles de riesgo financiero, correspondiendo al 15,5% de este subsistema, y que en conjunto abarcan una matrícula de 45.038 estudiantes en 2023, número que corresponden al 5,8% de la matrícula total en universidades.
Para el caso de los Institutos profesionales (IP) 6 de las 32 IP del país presentan algún nivel de riesgo (18,8% del subsistema), abarcado en conjunto a 8.432 estudiantes matriculados el año 2023 (2,01% de la matrícula total de los institutos profesionales).
Así también, 10 de los 47 Centros de Formación Técnica (CFT) del país se encuentra en algún perfil de riesgo (22,7% del subsistema), involucrando a 6.135 estudiantes matriculados el año 2023 (4,52% de la matricula total de los CFT).
El superintendente José Miguel Salazar destacó que “la principal conclusión que nos deja este estudio es que el sistema de educación superior en Chile presenta niveles de riesgo bajos en materia financiera, que están focalizados en pocas instituciones y que éstas en conjunto concentran un bajo porcentaje de la matrícula total de estudiantes”.
Destacó además que “este es el primer estudio de una nueva línea de trabajo que estamos desarrollando como Superintendencia y que hemos denominado “Serie de Documentos de Educación Superior”, un esfuerzo que busca abordar a través del análisis de fuentes de información interna aspectos estructurales de la educación superior chilena para robustecer nuestro rol de supervigilancia del sector y aportar con información relevante a la discusión de políticas públicas. Decidimos iniciar esta serie de estudios enfocándonos en la situación financiera de la educación superior, porque desde hace un tiempo detectamos señales de un cierto estrés financiero en algunas instituciones, y quisimos analizarlo con una mirada de trayectoria, y no solo como una foto del momento”.
El Subsecretario de Educación Superior, Víctor Orellana, valoró la información entregada por la SES. “La cantidad de estudiantes que están matriculados en instituciones en condiciones de riesgo financiero ha disminuido, como lo señala el estudio y esa una muy buena noticia, pero no podemos quedarnos de brazos cruzados. Una de las razones importantes de esta disminución y que coincide con el momento en que bajan las tendencias de riesgo en esta materia, es cuando existe un financiamiento público más estable, como es la política de gratuidad. Por lo tanto, lo que a nosotros nos gustaría es enfrentar la situación de estos 60 mil estudiantes anticipándonos, es decir, en el marco de un proceso de modernización, tanto en financiamiento como en una modernización académica, que va a reorganizar el financiamiento, articulando una base común de financiamiento que tenemos, para otorgarle mayor estabilidad a las instituciones y mejorar la regulación, de manera que podamos actuar con carácter anticipatorio ante una crisis”.
Por su parte la rectora de la Universidad de O’Higgins y una de las panelistas que analizó el informe presentado, Fernanda Kri, destacó que este primer estudio “es una iniciativa muy potente, las instituciones de educación superior necesitamos instrumentos que nos permitan ir monitoreando la salud financiera y además, este primer informe nos presenta una metodología muy innovadora, que se le ve mucho