La Superintendencia de Educación Superior ha comenzado a funcionar. Luego de un arduo trabajo hemos logrado cumplir con la misión que el Presidente Piñera y la ministra Cubillos nos encomendaron: acelerar la instalación de este nuevo organismo fiscalizador, cuyo principal objetivo será entregar certezas a nuestro sistema de educación superior, contribuyendo a resguardar la confianza que las personas depositan en cada una de las casas de estudios de nuestro país.
En las últimas décadas hemos visto un progreso notable de nuestro sistema. Sin embargo, aún existen espacios de mejora y nuevos retos que nos demanda la sociedad del siglo XXI. La Superintendencia, cuya creación fue amplia y transversalmente apoyada por todos los sectores, tiene el importante desafío de aportar, a través de su rol fiscalizador y de supervigilancia, a la estabilidad y desarrollo de nuestro sistema de educación superior. Para ello, hemos definido tres pilares que nos guiarán en el ejercicio de nuestras funciones:
Primero, apuntaremos a la calidad de la educación, velando a través de más y mejores controles porque todas las universidades, centros de formación técnica e institutos profesionales del país cumplan con la normativa que le es aplicable. Asimismo, ayudaremos a generar, a través del acompañamiento, capacidades instaladas al interior de las propias instituciones, para que sean éstas las que en primer lugar hagan frente a la nueva regulación.
Segundo, tendremos como norte el fortalecimiento de la confianza de la ciudadanía. Para ello, procuraremos aumentar la transparencia de la información, de manera de favorecer las distintas decisiones de los estudiantes, sus familias y del resto del sistema. Revisaremos de manera proactiva la sostenibilidad financiera de las instituciones, generando un sistema de alerta temprana que nos permita anticiparnos a situaciones que puedan afectar a las distintas comunidades educativas. Además, nos preocuparemos de que cada institución destine sus recursos para los fines que les son propios.
Finalmente, y siendo nuestro pilar más relevante, pondremos el foco en las personas, intentando de esta manera lograr un cambio en la manera en que generalmente se abordan los temas de educación superior. En este sentido, velaremos porque las instituciones cumplan con las condiciones que han convenido con sus estudiantes y atenderemos las denuncias y reclamos que realicen los distintos actores del sistema, cooperando en la resolución de las situaciones particulares que puedan aquejar a los distintos miembros de la comunidad educativa.
El verdadero desafío recién comienza. La Superintendencia, en conjunto con los demás órganos de aseguramiento de la calidad y, por cierto, las propias instituciones, deben lograr seguir robusteciendo nuestro sistema, haciéndolo más transparente y de calidad, de manera que los miles de estudiantes puedan desarrollar plenamente sus capacidades y aportar así al progreso de nuestro país.
Jorge Avilés Barros, superintendente de Educación Superior
Carta publicada en diario La Tercera